El proyecto nace con la voluntad de armonizar el jardín existente con la reforma integral diseñada para la vivienda, que se ha restaurado en clave pasiva y bioclimática. La piel arquitectónica de la vivienda y su funcionamiento están inspirados en la naturaleza y en particular en sus ritmos biológicos. El jardín se concibe como un oasis natural en medio de la ciudad, en el cual puedan convivir e integrarse los biorritmos de personas, plantas y animales. El modelo de inspiración es un bosque de hoja caduca que trabaja a unísono con los edificios existentes.

El jardín original se encontraba en el espacio intermedio entre los dos edificios, el principal y el pabellón. El nuevo jardín se concibe como un “bosque urbano” a través del cual se puede pasear por diferentes caminos al ir de un edificio al otro. La mayoría de la superficie no se ha pavimentado, para permitir pisar descalzos los caminos en las dunas de tierra. El diseño de las dunas y del pasaje central siguen patrones orgánicos, como los que dibuja la misma naturaleza. En las dunas se han plantados hiedras y bulbos de diferentes variedades. La época de floración de los bulbos se ha estudiado para que cada especie florezca en una época diferente del año. Esta diferenciación remarca el paso de las estaciones y las hace más visibles a los ojos de los que viven en la casa.
Las especies arbóreas escogidas son caducifolias. Delante del edificio principal se han plantado cinco Liquidambar que con su rápido crecimiento funcionan como filtro solar en los meses cálidos para la fachada del edificio expuesta a sur. Delante del pabellón y en proximidad de la fuente se han plantado dos Bauhinia Variegada, arboles de follaje muy tupido y con delicadas flores rosa.
La fuente preexistente se ha restaurado e integrado en el diseño general. Realizada con materiales biocompatibles acoge especies vegetales acuáticas y peces que contienen la reproducción de mosquitos en verano. Además funciona como estanque de oxigenación para las aguas pluviales recogidas en un depósito enterrado por debajo de la fuente. Estas aguas, una vez filtradas e oxigenadas, se emplean para el riego del jardín y el abastecimiento de la fuente.

El diseño del jardín se ha concebido de forma complementaria al funcionamiento bioclimático de la vivienda estudiando las características del lugar (orientación, sombras, vientos, exposición solar). Esto implica que cada elemento se encuentra en el sitio y posición adecuada para que el conjunto funcione de manera armónica.

Funcionamiento en los meses fríos
Los arboles caducifolios, ya despojados de su follaje, permiten a la radiación solar incidente calentar la fachada sur del edificio principal. A través de las ventanas y por efecto invernadero los radios solares penetran en el interior de la vivienda, calentándola y reduciendo el gasto energético general.

Funcionamiento en los meses cálidos
Los árboles se encuentran en la época más exuberante de su foliación; esto les permite filtrar la radiación solar que de otra manera calentaría el edificio. Gracias a la posición vertical del sol en estos meses las fachadas y las aberturas se queden en la sombra.
La sombra de los arboles favorece la instauración de un microclima fresco en todo el jardín. Esto, conjuntamente a la humedad generada por la fuente, reduce la temperatura interior de la vivienda y favorece la ventilación natural. La orientación de la parcela según el eje nord-sur proporciona un diferencial de temperatura importante entre la calle y el interior de los edificios; este diferencial mueve el aire más fresco de la fachada nord hacia el interior rebajando la temperatura interior de la vivienda.