La piscina tiene forma orgánica, sin ángulos rectos, con una longitud de 12,00 m y una anchura de 5,40 m. La profundidad del vaso oscila entre los 2,00 m en la parte central y los 0,20 m en las zonas perimetrales. Las paredes se adaptan a la pendiente natural del terreno, encajándose en la parte final del solar donde aprovechan un talud natural preexistente. Piedras provenientes de la excavación en situ y compactadas constituyen los muros de contención. Una vez creado el vaso se ha revestido con geo textil y una capa continua impermeabilizante. Al principio esta es de color negro, luego al pasar los meses el biofilm recubre la superficie hasta formar una pátina verde muy agradable al tacto y a la vista.

El vaso se divide longitudinalmente en dos zonas, el biofiltro de plantas y el vaso principal. La parte con el biofiltro ocupa la franja más estrecha donde se alojan las especies vegetales sobre un lecho de gravas mientras la parte restante, más amplia, se destina a zona de baño.

Las especies vegetales empleadas y las gravas de diferentes diámetros filtran el agua y la devuelven limpia a la piscina. Al no estar tratada con cloro el agua favorece la constitución de un ecosistema equilibrado que, juntamente a las plantas, incrementa la biodiversidad del jardín.

Al situarse al final de un terreno con mucha pendiente la piscina aprovecha la gravedad para recibir las aguas pluviales recogidas en un depósito situado en la parte alta de la parcela. El depósito recoge las aguas pluviales provenientes de las cubiertas del edificio para permitir su aprovechamiento para el riego del jardín y para el llenado de la piscina.

A nivel bioclimático la piscina está situada por debajo de la vivienda y en dirección de los vientos dominantes para favorecer el refrescamiento del aire en verano y la creación de un microclima húmedo durante los meses cálidos.

El aprovisionamiento de agua se hace por dúplice vía: las aguas pluviales recogidas en el depósito y, cuando éstas no sean suficientes por razones meteorológicas, el agua de red. El sistema de filtrado es doble. Se basa en la instalación de skimmers flotantes para la limpieza de la materia orgánica que se pueda depositar en la superficie y en la acción mecánica de filtrado ejercida por el lecho de grava y las raíces de las plantas. A la filtración mecánica se suma un equipo UVC-cobre para la desinfección y clarificación del agua, así como un sistema anti fosfatos. Un regulador automático mantiene estable el pH, hecho esencial para el crecimiento de las plantas acuáticas.

Una vez realizadas las filtraciones, el agua es impulsada por un filtro de regeneración a través de los diferentes áridos y plantas filtrantes, terminando así el ciclo. Las plantas acuáticas son las encargadas de consumir los nutrientes que se vayan generando en la piscina. Se han utilizado principalmente dos especies, plantas palustres y plantas de profundidad.