Búsqueda, arquitectura y placer.
A menudo nos preguntamos por qué tomamos una determinada decisión o porque elegimos una situación en lugar de otra.

¿Qué buscábamos?

Aunque a veces no seamos conscientes de ello, en muchas ocasiones nuestras acciones están movidas por la búsqueda de placer. El placer, en su acepción más básica, se puede entender como reacción a la satisfacción de nuestras necesidades. Cuanto más grande es la necesidad a satisfacer, mayor será el placer proporcionado.

¿Y qué tiene que ver la arquitectura con el placer?

Pues, mucho más de lo que podamos imaginar. La arquitectura de por sí es la respuesta a una de nuestras necesidades primordiales, el cobijo frente a posibles peligros externos. Lo que pedimos a un edificio en primera instancia es que nos proteja, que sea firme, que nos acoja y que nos haga sentir bien. Una vez satisfechas estas necesidades básicas, le pedimos más: que desprenda belleza, que se integre en el entorno, que nos mantenga calientes en invierno y frescos en verano, que sus espacios nos acompañen diariamente en el desarrollo de nuestras vidas.

Las condiciones urbanísticas y sociales de las ciudades contemporáneas nos han acostumbrado a conformarnos con lo mínimo, el cobijo, desatendiendo al resto de necesidades; que no por ser desatendidas han dejado de existir.

En los proyectos que desarrollamos tenemos en cuenta estas necesidades poniendo un enfoque especial en la integración de los edificios en su contexto natural o urbano, en el diseño bioclimático, en el confort higrotérmico y en la salubridad de los materiales empleados. Como resultado conseguimos edificios y espacios donde el bienestar de las personas está en el centro. Y esto tiene consecuencias. Positivas. E impulsa otros procesos, también positivos. Se instaura así un círculo virtuoso que lleva siempre más personas a beneficiarse de los efectos de esta forma de trabajar.

Al poner las personas y su bienestar en el centro se consigue una “comunidad” basada en las afinidades y en en los valores compartidos. Compartir lo que se cree genera felicidad y un alto grado de compromiso, ingredientes indispensables para conseguir cambios sustanciales y resultados satisfactorios.

Creemos firmemente que solo trabajando en proyectos que inspiren y enriquezcan a nosotros y a la comunidad podremos aportar nuestra contribución a la creación del mundo que queremos.

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